Resanador

Otro de los oficios que que la experiencia me ha enseñado y que la vida me ha obligado a desempeñar para que esta alma no se me caiga a pedazos...

Monday, November 27, 2006

La cualidad más deliciosa de la esencia humana no es el Amor.

Hace algunos años, el mundo era diferente, había nubes blancas por donde me gustaba estar todo el tiempo, todo era suave y reconfortante, era dueño de mis actos y mis ilusiones, soñaba...

Soñando despierto, en un futuro, en una vida, planeando las cosas que quería para mí, en ese espacio alterno tan real como en el que nos movemos todos los días, se dibujaba como segundo objetivo inmediato en prioridad, el amor.
Dibujando y desdibujando, construyendo y reconstruyendo, la identidad de aquella que sería mi otra mitad.
Bosquejos basados en mi poca experiencia y en mi basta colección de relatos acerca del amor, desde aquella seca imagen de Freud hasta esta nutritiva fruta de Fromm, Eliseo Subiela, Benedetti, Leticia Servin, los hermanos Wachowski, Bunbury, etc., me moldeando para filtrar todo y dejar pasar solo amor.
Me volví un catador capaz de captar la más mínima esencia de amor en todas las cosas que me rodeaban, en alguna canción, en algún video, alguna vieja película, en una pequeña novela o en un gran poema.
Aprendí a leer el lenguaje que no tiene palabras...

Me convencí de que bajo las reglas de la razón el amor es el centro de equilibrio en nuestra débil y confundida conciencia.
Hoy ha dejado de ser solo un propósito, dejo de ser la imagen que yo quise dibujar y es ella.
Con sus razones y su tiempo, con su gusto y su manera querer, es ella firme en su carácter y talante.
Ya no son mis sueños con la mujer que puedo moldear, es ella, dentro de esa frágil esfera de su personalidad que no puedo invadir, por que es su espacio, por que debo respetar.
Hoy hay más tiempo libre para soñar, aquellos días de sueños que consumían mi tiempo imaginando la persona que he de amar ya no se ocupan más de mi, hoy ella ya esta aquí.
Ahora puedo mirar a mi alrededor, puedo al fin terminar esta eterna ceguera, puedo ver más allá de mí. Puedo Sentir más allá de mí...
Caminando por corrientes, mirando lo evidente, el amor ya no es el centro de mí...

Puedo entender que hay otra cualidad humana más maravillosa y apasionante que el amor, de la que yo no puedo hablar de mi, para no perder esa preciosa pequeña deliciosa esencia de la que puedo saborear.

En esta cualidad no solo soy yo el actor principal y amo del escenario, no es sólo un baile de dos, no es solo de hoy, de mi tiempo, de mi paso en este espacio, por esta parcela de realidad, es algo que se queda con el paso de los años, que sobrevive a mi, que se queda por siempre en la esencia de los que me rodean.
Es esa luz que sobrepasa nuestra ciega comprensión de lo real, esa luz que decido encender en esta oscuridad social como pequeño estandarte de esperanza por una sociedad mejor.
Esta cualidad al igual que el amor se practica a diario, en cada pequeño instante, igual es un arte (que aún no logro dominar) aplicarla hasta en los momentos de ira y confusión.

Gratitud.


Difícil de aprender, más aún de ejecutar.
Siempre...

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